En las últimas semanas se está escuchando más que nunca el término teletrabajo, lamentablemente unido a la crisis actual del coronavirus o COVID-19. La razón es que muchas organizaciones se están planteando el teletrabajo como una opción para minimizar el riesgo que pueda suponer la asistencia presencial del trabajador a la oficina.
En este blog hemos escrito de forma extensa sobre el teletrabajo, de las ventajas que tiene tanto para el empleado como para la empresa y de las tecnologías ya disponibles para hacerlo de forma segura. Entre todas ellas destaca la videoconferencia como aquélla que nos hace participar de forma más eficiente en las reuniones remotas. Su adopción en nuestro país está al alza, aunque todavía muy distanciada de los porcentajes de uso en otros lugares del mundo.
El mayor experimento de teletrabajo de la historia
Pero todo ello ha cobrado actualidad en los últimos días porque la situación lo va a poner a prueba. Como leía recientemente, el coronavirus está haciendo que asistamos al mayor experimento de teletrabajo de la historia. Esta afirmación viene confirmada por los datos que las empresas que ofrecen plataformas de teletrabajo están publicando acerca de su utilización.
Zoom, por ejemplo, ha declarado que en lo que va de año se han dado de alta en su plataforma de videoconferencia más usuarios que en todo el año anterior. Cisco, por su parte, desde que se iniciara la crisis ha multiplicado por veintidós el tráfico procedente de China en su red de colaboración Webex. Otras compañías como Microsoft, Google o Slack están viendo también incrementos muy considerables de uso.
Congresos virtuales 3D
Pero no se trata solo de compatibilizar el trabajo en la oficina con el trabajo en remoto desde casa. Otra de las medidas que están adoptando algunas empresas para limitar el contagio y posibles efectos del coronavirus es limitar la asistencia de sus empleados a congresos o ferias en los que se produzca una gran concentración de personas. Así ocurrió con la cancelación del Mobile World Congress de Barcelona hace unas semanas y otros importantes eventos nacionales e internacionales.
Aunque para muchos de esos casos alguna de las soluciones que mencionaba al comienzo del post podrían ser de gran utilidad, hay otras herramientas más apropiadas para los congresos, como Virtway. Esta plataforma tecnológica española ofrece a organizadores de congresos de todo el mundo la posibilidad de crear una versión virtual 3D del evento. Su director de negocio, Ignacio Dieste, nos ha confirmado que en las últimas semanas han crecido un 300 por cien las oportunidades comerciales de la compañía, y que éstas provienen de distintos lugares del mundo (Reino Unido, Italia, Asia, EE. UU. y también España).
Pero además del incremento de uso que están experimentando tanto las plataformas que facilitan el teletrabajo como las de organización y asistencia a congresos virtuales, destacan las iniciativas que muchas de ellas están implantando para ayudar a que el uso de dichas tecnologías no sea un problema únicamente económico.Algunos ejemplos son la ampliación de algunos límites de sus versiones gratuitas como la duración de las reuniones, el número de participantes, la capacidad de almacenamiento de ficheros o mensajes o el periodo de prueba de algunos de sus servicios de pago.
Tres cosas en claro tras la crisis
Sin duda, el coronavirus está haciendo que, al menos temporalmente, mucha gente cambie la forma de trabajar, probando fórmulas como el teletrabajo o la asistencia a congresos virtuales 3D. Entre los beneficios de ambas, además de ser respetuosas con el medioambiente, ya que permiten ahorrar toneladas de CO2, podríamos añadir que contribuyen a combatir otro de los grandes problemas actuales: la despoblación rural.
Por terminar con una respuesta a la pregunta que da título a este artículo, no sé si muchos de estos cambios que se están produciendo serán permanentes y se conseguirá normalizar el teletrabajo después de esta crisis. Sí espero, al menos, tres cosas: que muchas personas hayan probado sus ventajas, que las empresas e instituciones las tengan en cuenta en sus planes de continuidad de negocio, y que la tecnología haya aprobado el examen sobre cuán robusta y preparada se encuentra para dar la bienvenida a tantos empleados y ciudadanos virtuales.
Referencias: